No hubo besos
ni roces, ni abrazos,
solo tu mirada
adentrándose en la mía
No hubo palabras
ni llanto, ni risas,
solo nuestras almas
acercándose a la vida.
No hubo lamentos
ni reproches, ni recuerdos,
solo mi plegaria
esperando ser oída.
No hubo nostalgias
ni espera, ni esperanzas,
solo nuestras penas
y una muda despedida.
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