lunes, 24 de noviembre de 2014

Gracias




     Cuando escribo, cuando comparto contigo mis pensamientos, mis vivencias, mis fracasos, mis experiencias y mis sensaciones, me vacío, y me lleno. Me vacío, porque desde el fondo de mi ser, surgen voluptuosos mis más secretos anhelos, mis miedos,  mis ansias y mis más intimas lágrimas las derramo contigo.
     Y me lleno de amor, de sosiego por compartir contigo todo lo que siento, me lleno de ti, de tus ojos que atentamente se posan en mi, de esas muecas de sufrimiento que te hago sentir, de tus manos acariciando mi espíritu y ofreciéndome consuelo con tu lectura, de tu corazón entregado al mío y brindándome con generosidad tu compresión.
     Cuando escribo me siento mejor persona, porque te percibo y soy consciente de que no estoy sola, que tu estás conmigo, que me acompañas y me comprendes y si con alguna de mis letras te hago sentir... entonces, todo vale la pena.
    Y me anima tu compañía a seguir, a decirte lo importante que eres, a plasmar el más insignificante de los silencios y a gritar a tu lado el más terrible de los dolores. A cantarte y a contarte mis triunfos, mis pequeños logros y mi más sincero agradecimiento.
     Solo soy una aprendiz de poeta, un  alma en pañales comenzando a trazar círculos de amor en el aire, un corazón asustado, intentando desvestirse sus miedos y dejando escapar poquito a poquito los aromas y esencias que conserva en su interior.  Una mujer orgullosa de serlo, incomprendida a veces e infravalorada otras, pero enormemente agradecida a la vida. Una persona como tú, que lucha minuto a minuto por encontrar su lugar en un mundo perdido. 
     Solo soy yo, pero te tengo a ti y eso, me hace ser un todo. Solo soy esto, pero para ti y por ti, seré todo lo que tu necesites. Gracias, siempre gracias.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Con el tiempo...




Con el tiempo
aprendiste a construir
tus caminos de hoy,
porque hoy,
el mañana no existe.

Con el tiempo
aprendiste a transformar
castillos en el aire,
y el aire,
en trazos de pluma negros.

Con el tiempo
aprendiste a dibujar
sentimientos de amor,
y del amor,
germinó tu mejor lienzo.

Con el tiempo
aprendiste a perdonar
los agravios del ayer,
porque ayer,
ya solo es un recuerdo.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Compañero







     Eran las tres de la tarde y el corazón me latía a mil por hora. Estaba ansiosa, nerviosa y con la preocupación a flor de piel. Aún no había llegado Sergio y el rato que estuvimos esperando en la puerta, me pareció eterno. Apareció pasados cinco minutos y después de saludarme, nos hizo pasar.     Estaba demasiado angustiada... Me hizo firmar el consentimiento informado e intentó relajarme.

     Antes de salir por la puerta lo miré y me miró y se me clavó esa mirada tan noble y sincera en el corazón. Fue como si sus ojos me hablaran y me pidieran que no lo dejara allí.  Me despedí de Sergio y quedamos en que me llamaría en cuanto terminase la intervención.
 
     Abandoné la clínica con un sentimiento de impotencia y de dolor difícil de explicar. Me subí al coche y fui a tomar algo mientras hacía tiempo.
  
    Me encontré a un conocido y al notar mi preocupación me preguntó.
  
    - Están operando a mi perro, le detectaron un tumor cancerígeno y ahora mismo, está en la mesa de operaciones; le contesté.
  
    -Bueno mujer, no te pongas así, no pasará nada y si pasa... ¡es un perro chica!, tampoco hay que dramatizar.
   
     En ese momento, me dí cuenta y fui consciente de que podía pasar "algo" y se me cayeron las lágrimas y con un nudo en la garganta le respondí :

    -Si, es un perro, pero es mi perro, mi camarada de paseos durante 11 años, mi soporte en la soledad, el que me ha estado dando cariño cuando no tenía a nadie a quien abrazar, el que me ha escuchado durante horas después de un día de trabajo, cuando llegaba a casa y no tenía con quien hablar. El que ha velado mi sueño junto a mi cama, cuando alguna noche pasé miedo. Es, el que nunca me ha hecho un desprecio,  ése que  siempre me ha recibido con alegría. Sí, es un perro, pero es mi amigo, mi compañero y a quien ahora mismo, no se si volveré a ver saltar a mis brazos.

     Me marché, anduve durante dos horas esperando la llamada. Sonó el teléfono y Sergio me dijo que ya había terminado. Aún estaba sedado pero todo había ido bien. Suspiré y di gracias. Y lloré, lloré desconsoladamente, porque justo en ese momento reparé en cuanto quería tenerlo conmigo y de cuanto lo necesitaba; mucho más seguramente, que él a mi.

     "El perro es el único ser en el mundo que te ama más a ti de lo que se ama a si mismo" Josh Billings.