martes, 26 de agosto de 2014

Liberando mariposas





Y el corazón se me agranda
llenándose de ese néctar
que derrama tu garganta
y solo escucho el cantar
que acurrucado en mi pecho
se estremece al despertar,
y me inunda un gran silencio
cuando tu voz calla,
y enmudece el pensamiento.

Y germina una plegaria,
y me ahogo, y no respiro,
pues no hallo tu mirada
y se me escapa un suspiro...
desechando mil dolores
de este cuerpo adormecido,
y reverdecen  las flores
regadas con mi esperanza,
relucientes, de colores.

Y mi algarabía se lanza
liberando mariposas
despojadas de templanza,
y es que no quiero más cosas
que tus labios en mi boca
y el sentir que me sofocas,
y tus dedos en mi nuca
enredándose en mi pelo
resplandece más que nunca.

Porque tu voz yo deseo
como aire que respiro
y el amor que no poseo;
déjame ser tu retiro,
a mi cuerpo, tu morada
y amanecer contigo,
pues mi alma encadenada
quiere cambiar su destino
y entregarse enamorada.

lunes, 18 de agosto de 2014

Hastío y esperanza





     Seguro que como yo, algunos de vosotros está cansado de historias tan fugaces que se van tan fácilmente como el maquillaje de la noche anterior, de recuerdos prestados, esos que nunca serán nuestros,  de pieles que nunca pedimos sentir, de silencios prolongados.
     Cansada de maletas sin un lugar de destino, de personas que se cruzan en mi camino sin aportarme nada, de momentos que nunca elegí por propio criterio, de la falta de madurez y responsabilidad disfrazadas de modernidad.
     Cansada también de que intenten hacerme creer que soy lo que nunca fui, de palabras sin sentido, de verdades a medias y mentiras disfrazadas de sinceridad. De cabezas vacías, de que todo vale, de consejos banales que nunca pedí, de caminos que no conducen a ningún lugar.
     A veces pienso que es tremendamente difícil encontrar a alguien que no se crea con el permiso y la autoridad de querernos cambiar, de pasarnos la carga emocional de su mochila, cuando la nuestra, la mía, la vacié  hace mucho tiempo. A alguien, que no piense que ofreciéndonos ser el segundo plato en su vida saltaremos de gozo a sus brazos.
     Y aún cansada, sigo buscando. Porque me niego a creer que estoy en una vía muerta, porque me conozco y reconozco que soy fuerte, y aún llena de miedos, trato de batallarlos minuto a minuto y cuando me fallan las fuerzas me limito a convivir con ellos. Porque en el fondo, tengo fe en el ser humano y fe en mi misma.
     Sigo buscando y mi esperanza aunque malherida, sigue en pie, porque mi alma se alimenta de ilusiones, porque tú, como yo, merecemos la pena ser descubiertos.

     "Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano". Martin Luther King
    

martes, 12 de agosto de 2014

Plegaria




Escucha mi voz
que a gritos te llama,
escucha el murmullo
de mis rotas palabras.
¡Escucha por Dios!
o moriré por nada.

Contempla mis ojos
que emanan nostalgia,
escucha el sonido
de mis lasas lágrimas.
¡Escucha por Dios!
o moriré por nada.

Observa mis manos
que tienden la espada,
escucha el clamor
de caricias vetadas.
¡Escucha por Dios!
o moriré por nada.

Observa en mi interior
brotar la plegaria,
escucha mis ruegos
alimentando las ánimas.
¡Escucha por Dios!
o moriré por nada.

Contempla mi cuerpo
retorcerse de rabia,
escucha a mis labios
quemarse sin llamas.
¡Escucha por Dios!
o moriré por nada.

¡Escucha por Dios!
que el corazón me estalla,
escucha a mi amor, 
si de verdad me amas.
¡Escucha por Dios!
o moriré sin nada.



lunes, 4 de agosto de 2014

Cobardía






¿Que te sucede corazón?
¿Que te ocurre alma mía?
No podéis vivir así
con amargura y agonía.

Sí, me oísteis bien, agonía.

La agonía de unas lágrimas
que se resisten a brotar,
la sonrisa de unos ojos
a los que os queréis cerrar.

La agonía de unas manos
temblando al acariciar,
el lamento de unos labios
a los que deseáis besar.

¿Que te ocurre corazón?
¿Que te sucede alma mía?
No podéis vivir así,
con amargura y agonía.

Sí, me oísteis bien, amargura.

La amargura de unos sueños
que quieran resplandecer,
las plegarias de dos cuerpos
queriéndose conocer.

La amargura de un deseo
que pretendéis reprimir,
el clamor de sentimientos
que enloquecen por vivir.

¿Que te sucede corazón?
¿Que te ocurre alma mía?
Gritad al viento ese amor, por Dios!
Que no muera por cobardía.