lunes, 27 de abril de 2015

Volver







Lucía acarició la cabeza de su padre con una extrema suavidad, con una ternura infinita, con todo el amor que tenía encerrado en su pecho. 
Tumbado en la cama, su padre enfermo, respiraba con dificultad y con la voz entrecortada se le oía decir muy bajito : 

-Esta humedad, esta isla...

-Papá, no te preocupes, yo te abrazo y ya verás como al abrigo de mis brazos, no tienes frío. Yo te abrazo papá... 
Tu quisiste vivir aquí, cerca del mar, te gustaba sentir el vaivén de las olas, escuchar su acompasado sonido, sentarte en tu mecedora y notar los rayos del sol acariciando tu piel. ¿Recuerdas papá?

-Lucía, creo que el fantasma del olvido ha vuelto a visitarme, lo siento hija...

-Tranquilo, no pasa nada

-Lucía, cántame esa canción... 

-¿Que canción papá? ¿Volver?

Mientras Lucía cantaba por Carlos Gardel con lágrimas en los ojos, su padre sonreía y apretaba su mano.

sábado, 18 de abril de 2015

Mi niña querida










Que te amo más que a mi vida,
mi dulce niña querida.

Mirada franca, coqueta
turbadora y pizpireta
apasionada Julieta
en el amor, desmedida.

Que te amo más que a mi vida,
mi dulce niña querida.

La pasión es tu bandera
la justicia tu quimera,
una leal compañera
una dama distinguida.

Que te amo más que a mi vida,
mi dulce niña querida.

Venero tu sinceridad
tu fuerza y tu fragilidad
feliz con tu felicidad
esta madre, complacida.

Que te amo más que a mi vida,
mi dulce niña querida.


miércoles, 8 de abril de 2015

Décimas a Mi Flor de Jara




Víspera de la partida
todo se torna jolgorio
un compás aleatorio
propio de tanta bebida.
Un alma más redimida,
otro sueño de camino
la barcaza, tu  padrino,
unos botos, el romero
un fajín, un buen cañero
más la fe, del peregrino.

La carreta bien surtida,
una flor, un abalorio,
el coto de dormitorio
la medalla bendecida.
Acariciando la brida
de su corcel casi albino
un jinete bebe vino,
va marcando el sendero,
trota grácil, con salero
y baila con el equino.

Rengue de la anochecida
un cantar adulatorio
un cajón muy meritorio
acompasa la partida.
Un volante cobra vida,
una danza tras un trino
fulgurante remolino,
un quejío chiclanero
con solera, con esmero,
con ese duende genuino.

Una brisa muy atrevida,
nervios en el auditorio
un nombre definitorio
te dará la bienvenida.
Flor de Jara, mi querida,
será tu guardián el pino
cuando laxa del camino
desees con desespero
descansar cual escudero
y soñar con tu destino.