lunes, 21 de julio de 2014

Distancia






     Sobre este cielo cuajado de estrellas, te pienso. Y al pensarte,  la distancia se acorta, los murmullos se convierten en eco, las miradas de reojo son miradas frontales y los besos acarician nuestros labios.

     Pero esta distancia real, cruel y desprovista de consuelo, me toca.

     Y sigo pensándote y voy descubriendo nuevas constelaciones en tus ojos, nuevas y frondosas llanuras sobre tu pecho y caminos suntuosos que mis manos recorren.
 
     Pero esta distancia tortuosa, inmensa y seca, me toca.

     Y pienso en tu cabello y me percato que su brillo apaga cualquier resplandor, que su aroma supera cualquier delírio del mejor perfumista y me recreo en él.

     Pero esta distancia fatídica, dura y enfermiza, me toca.

     Bajo esta luna brillante, te pienso. Y soy consciente de que me intoxica la lejanía, me confunden los silencios y me ahogo con las gotas de rocío que asoman al despertar la aurora.

     Pero esta distancia me va ganando, me posee y me gobierna. Y maldigo cada centímetro de separación, injusto, doloroso y tangible. Porque he luchado por no caer, por serle esquiva, pero, esta distancia, me toca.



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