Y me dices hombre
que tu amor es grande
y yo he de creerte,
con la mirada ausente
perdida entre la gente,
más, presente.
Con el temor de un niño
y el corazón partido,
con el silencio roto
tras un quejido,
con el vientre plegado
sin tu cariño.
Con la sonrisa hueca
y la expresión marcada,
con la esperanza nueva
de la madrugada,
con la inocencia echada
sobre tu cama.
Y me dices hombre
que tu amor es grande,
y yo, he de creerte,
más mi pecho arde
y mi ilusión se pierde
sin tenerte.
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